(ya no soy) El último de los Brenman

Todos se agolpan para saludarlos: uno de kipá, uno de anteojos culo de botella, una que parece madre de plaza de mayo y muchos señores con sombrero. Pero ellos están en sus propios asuntos. Linda con la mirada hacia abajo, rehuye de la lente con timidez. Joaquín mira desconfiado y con algo de miedo en sus ojos. Quizás porque sabe que una etapa de su vida termina para siempre e ignora lo que le depara la vida de casado.

Los preparativos fueron extenuantes, sobre todo porque Freide le hizo la vida imposible a Linda: le estaban robando a SU YANKEL.

Por el contrario, Samuel y Celia estaban felices de haber ubicado a su hija con un joven ingeniero, que, aunque ruso, era buen muchacho. Un poco de contrapeso para esta chica que tenía esas ideas locas acerca de cambiar el mundo. Asistente social, ¿Cómo se mantiene a una familia siendo asistente social? Él, por el contrario, tenía los pies sobre la tierra, entendía que lo importante en esta vida es asegurarse el futuro. Trabajar duro.

Todo eso quedaba atrás. Ahora formarían una familia nueva, tendrían sus propios hijos y la posibilidad de escribir una nueva historia. Pero una historia unida con un hilo conductor que la conecta con las historias de quienes los precedieron. Esos que vivieron épocas difíciles signadas por el odio, la guerra y la persecución.

La nueva familia tendría 5 miembros, porque Titi (como le dicen sus amigos) y Joaquín tienen 3 hijos: Verónica, 3 años más tarde a Esteban y 7 años después a la pequeña Violeta.

Sí, yo soy el varón del medio y vengo a escena en 1974, un poco antes de la muerte de Juan Domingo. En el breve lapso democrático de una Argentina agitada políticamente.

Soy el último de los Brenman. Mi abuelo tuvo un solo hijo y mi padre también. Mis 7 tíos abuelos -hermanos de mi abuelo- componen las listas de los aniquilados en los campos de Alemania y Polonia. Polonia, aunque cuna de mis abuelos, siempre fue una mala palabra en las reuniones familiares. “Mierda polaca” se decía en cada festejo de pascuas y año nuevo.

Hace un tiempo, no tanto tiempo atrás conversaba con mi viejo.
-¿Y tu hermana? ¿Cómo la ves a tu hermana Violeta?
-Bien, viejo, Violeta la pasa bien. Tiene sus amigos, sus salidas, un trabajo cómodo y divertido que le provee justo lo que necesita, que es muy poco, económicamente hablando.
-Y claro, esa chica vive en una nube de pedos
-No, pa, a ella le tocó esta vida, pasarla bien

Y ahí comprendí. Comprendí que mis abuelos tuvieron una vida signada por la necesidad básica de sobrevivir. Mis padres ya comenzaron con otras oportunidades y su responsabilidad eran salir adelante, progresar, estudiar, convertirse en profesionales, ser lo que sus padres no pudieron ser. Y a nosotros, a mí, me tocó empezar desde un nuevo lugar, con un objetivo más difuso: mi supervivencia no está en juego y de alguna manera siempre supe que el “salir adelante” no iba a ser un problema. Entonces ¿Cuál es mi responsabilidad? Mi responsabilidad es, honrando a quienes me permitieron llegar acá, es ser pleno, ser lo que quiera ser, y que mis deseos y mis sueños se transformen en mi modo de vida. Ser feliz.

One comment

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  1. LA historia de mis Pimos a todos los quiero, pero cuando queres Joda verdadera anda a la reunión de Titi y Joaquin son lo mejor y sus hijos son grandes personas ,no por sus profesiones o logros SON BUENA GENTE!!! QUE IMPORTA MAS!!!!!!!!!!!! graciasss por el recuerdoooo